Cultura viva

Así estamos en el Mes del Teatro

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Lincoln López

Por Lincoln López


Los obstáculos levantados contra nuestro teatro, desde los tiempos de la colonia  española hasta nuestros días, no han sido por mera restricción del espectáculo frívolo en sí mismo, o por sus formas inmorales de escenificar tal o cual montaje; o por asuntos económicos, o de estructuras físicas, o por la “incultura cuasi constante” de las autoridades públicas o privadas… 


No, amigos lectores, esos obstáculos citados han existido y existen, sin embargo, pienso que no constituyen las reales causales históricas; las de ayer y las de hoy, son esencialmente las mismas: la prevalencia de un pensamiento conservador y atrasado, exceptuando algunos pensamientos vanguardistas. Entonces, el problema a combatir es ese sistema atrasado, contrario a contenidos de calidad, a formas reflexivas y críticas, contrarios a la acción estética transformadora.   


Presento dos ejemplos que nos brinda la investigadora y escritora Bienvenida Polanco Díaz en su libro: “Clásicos de la Literatura  Dramática Dominicana”:


Durante la colonia española el teatro no tuvo un auge significativo porque el importante entremés del clérigo Cristóbal de Llerena representado en el atrio de la catedral de Santo Domingo en 1588, fue reprimido porque “aludía a la negligencia de los mandos jurisdiccionales por lo que adquiere además primacía en este tema literario sobre la invectiva social”. Hoy, pocos saben de esta obra, incluidos universitarios y estudiantes de arte escénico. 


Caso análogo, el del patricio Juan Pablo Duarte, cuando incorporó el teatro a través de la Sociedad La Dramática, influyendo en el pueblo para la lucha independentista alcanzada en 1844. En alguna parte de la zona colonial de la capital estuvo ese local sin que ninguna autoridad haya estudiado  ni mucho menos rescatado el mismo. Obras como La viuda de Padilla y Roma libre hoy día, pocos universitarios y estudiantes escénicos las conocen. ¿Razón?: es un teatro que educa y fomenta la libertad.


Oteo parte del país y pasa lo mismo: nadie recuerda, ni estudia…ni nada, el caso del teatro en Santiago de los Caballeros, desde la compañía Aurora del Arte, desconocida y los dos grupos de actores oficiales (Bellas Artes y el TPC), desaparecidos. En ruinas Teatro La Progresista de La Vega. El Casino vegano donado al gobierno por esa sociedad, no han puesto un clavo… 


Un viejo inmueble para Bellas Artes en Puerto Plata: en interminable remodelación. Aquel bastión de los años 80 del teatro popular, crítico y talentoso de San Francisco de Macorís,  aún clama por un merecido centro de arte. En Dajabón, un sarcófago cultural… en la frontera, el sur y el este…en procesión fúnebre...


Y así andamos en el mes del teatro, hacia la evasión, el consumismo y la decadencia cultural.

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