Por Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio
Hace 15 años, Monseñor Roque Adames partió de este mundo hacia la vida eterna. Sin embargo, su legado y sus acciones siguen resonando con fuerza. Fue pionero en la República Dominicana, y uno de los primeros en América y el mundo, en instituir el diaconado permanente. Dio un lugar significativo a los presidentes y animadores de asamblea, quienes continúan activos y vigentes en la Iglesia.
Monseñor Adames también renovó muchos aspectos de la vida eclesial. Se puede decir que practicó el sentido sinodal de la Iglesia en toda su extensión. Lo que el Papa Francisco busca hoy despertar en toda la Iglesia—la participación—fue una realidad viva en la obra de Monseñor Adames. Su legado permanece como un signo y un ejemplo del hombre que dio participación plena a la vida de la Iglesia, incluyendo a hombres y mujeres por igual.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.
Comentarios