Por Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio
Hoy en día, la fe necesita de personas que la vivan auténticamente, individuos que estén convencidos de lo que creen y que, por ende, modelen su vida en torno a esa fe. Así lo hizo San Lucas, cuya festividad celebramos. La fe no puede existir aislada; requiere de testimonios. Lo que realmente nos da seguridad es la combinación de testimonio y fe.
No solo la fe humana necesita ser testimoniada; lo mismo aplica para la fe religiosa. Los hombres y mujeres del pasado nos enseñan que la fe y el testimonio son inseparables. Sin testigos comprometidos, la fe pierde su esencia y fuerza. San Lucas nos muestra, a través de su vida y escritos, que vivir la fe es también testimoniarla, es ser una guía para otros.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.
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