Por Lincoln López
La sigla PFN significa ¨Programa de Filosofía para Niños¨. Surgió a finales de los años 60 producto de las reflexiones del profesor Matthew Lipman, cuando desde sus cátedras de Filosofía en EE. UU., se planteó la necesidad de acercar la filosofía a los niños y adolescentes, como herramienta para el desarrollo de su pensamiento crítico, porque su experiencia docente le demostraba las carencias de razonamiento con las que llegaban los estudiantes con los que trabajaba en la Universidad de Columbia de Nueva York.
Consideraba, además, que el desarrollo del pensamiento no es algo que se pueda dejar hasta los años universitarios, porque “no es posible conseguir sociedades verdaderamente libres y solidarias si no conseguimos personas capaces de pensar por sí mismas…”
Matthew Lipman (1922-2010), filósofo, pedagogo e investigador norteamericano, líder de la Filosofía para Niños desarrolló este programa totalmente innovador en dos partes esenciales: teórica y práctica.
Se apoyó, además, en las novelas filosóficas ¨Narrativa manual¨ y en textos llamados “Guías didácticas”. Es autor de la novela filosófica ¨El descubrimiento de Harry Stottlemeyer¨.
Los objetivos de este programa se sintetizan en: A) Promover el sentido de comunidad como preparación para una sociedad democrática. B) Cultivar las habilidades de diálogo, investigación reflexiva y del buen juicio, y C) Promover el pensamiento crítico.
Resulta interesante citar los contenidos, clasificados en tres partes. A saber: 1. FPN y el modelo educativo tradicional. 2. Hacia un nuevo modelo de aprendizaje. 3. La importancia de la educación en valores. Transcribo a continuación por sustancial, el contenido No.1, es decir, FPN y el modelo educativo tradicional:
“Una meta de la educación es liberar a los estudiantes de hábitos mentales que no son críticos, que no cuestionan nada, para que así, puedan desarrollar mejor la habilidad de pensar por sí mismos, descubrir su propia orientación ante el mundo y, cuando estén listos para ello, desarrollar su propio conjunto de creencias acerca del mundo. No podemos esperar que los niños se respeten a sí mismos como personas a menos que hayan aprendido a utilizar de manera óptima los poderes creativos e intelectuales con los que están equipados. Todo niño debería ser alentado a desarrollar y articular su propio modo de ver las cosas”. (Pág. 171).
El PFN fue incorporado con mucho éxito en países como Argentina, Australia, Holanda, España, México, Costa Rica, Rusia…
Tengo la impresión, que programas como ese no han sido implementados en nuestro plan de estudios del nivel inicial. De manera electiva, se encuentran una que otra asignatura de Introducción a la Filosofía, en otros niveles superiores. Considero que esta es una de las debilidades de nuestro sistema educativo, y, por tanto, de nuestro subdesarrollo social.
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