Por Miguel Colon
En los últimos tiempos, vemos como las autoridades dominicanas, se han venido vanagloriando del “gran crecimiento” que supuestamente viene mostrando el sector aéreo nacional, llegando a nombrar al Presidente Luis Abinader Corona como el “Padre de la Aviación Dominicana”.
El supuesto crecimiento trajo consigo un modelo de comercio aéreo de Bandera de Conveniencia ó ACMI, abanderado por el nombre comercial Sky Cana operando con los Certificados Aéreos de las empresas Air Century y SkyHigh, el cual no pudo ser sustentable en el tiempo, y por ende ya ha desaparecido del mercado local.
La permisión por parte del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), de que en nuestro país se creen y establezcan empresas aéreas que no cumplen con la constitución, las leyes dominicanas ni con los convenios internacionales, como lo son RED Air, propiedad de la empresa Láser, y DW Dominican Wings, S.A. que utiliza el nombre comercial de Arajet, la primera para permitir a una empresa de nacionalidad venezolana violentar las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense al gobierno venezolano, y la segunda para permitir que una empresa foránea se establezca en nuestro país y reciba mejores y mayores beneficios que las empresas locales, desde donde hasta se toman las decisiones que se emanan desde el organismo rector de las regulaciones aéreas nacionales y encargado de cumplir y hacer cumplir la Ley 491-06 de Aviación Civil, llegando a jugar el papel principal durante el proceso de un acuerdo comercial entre los Estados Unidos de Norteamérica y la República Dominicana denominado como el “Tratado de Cielos Abiertos”.
A estas empresas, el IDAC les permite contratar personal extranjero que provienen de países donde no cumplen con el principio de reciprocidad del Convenio de Chicago, y a la vez violan el Artículo 123 de la ley de aviación civil, les permiten violar las Regulaciones Aéreas Dominicanas (RAD 119) al permitir contratar personal extranjero en las posiciones reguladas por esa institución, que establece que dichas posiciones son para personal dominicano, les permiten violar el código laboral dominicano y la ley de migración dominicana, al contratar mano de obra ilegal e indocumentada, permitiendo salir y entrar a nuestro país, realizando funciones remuneradas, sin el visado de trabajo correspondiente y en detrimento de los profesionales dominicanos.
Pero aún mas allá de esto, desde las más altas esferas del gobierno, se mueven fichas para que esto ocurra, desde el Ministerio de Turismo, el Sr. Miguel David Collado Morales ha sido el abanderado que ha liderado el Tratado de Cielos Abiertos, tan solo para beneficiar a una de estas empresas que no cumplen con las leyes dominicanas, pero que, según fuertes rumores, familiares cercanos de este, estarían formando parte de los accionistas de una de estas empresas.
Esto explica, porqué a espaldas del Presidente de la República, el Ministro de Turismo utilizó e involucró al Ex Director General Interino del IDAC, el Sr. Héctor Elie Porcella Dumas, para que este formara parte de las negociaciones del Tratado de Cielos Abiertos, introduciendo allí una negociación para que los Estados Unidos no sancionasen a la República Dominicana con la descategorización de la aviación comercial dominicana a Categoría II, y bajo sus propias palabras, el Ministro de Turismo logra conseguir que las empresas aéreas basadas en nuestro país que no cumplen con la cuota de pertenencia que dicta la ley de aviación civil, los Estados Unidos les permitan que en violación a nuestras propias leyes, ingresen de manera comercial a su territorio, bajo la firma y puesta en vigencia del tratado de Cielos abiertos, para beneficiar a Arajet y perjudicar a la aviación nacional.
Quisiéramos entender, por qué el IDAC permite que, una de estas empresas que tiene el 98% de su personal piloto extranjero, utilizando un tipo de aeronave que lleva ya operando más de diez años en nuestro país, hallan incluso primeros oficiales extranjeros al día de la fecha. Mientras que la otra, discrimina y solo permite a los pilotos dominicanos formar parte de esa empresa, exclusivamente en la posición de primer oficial, y cuando estos aunque reúnan las condiciones para ser Capitanes de Nave, optan por no contratarles o por no subir a los que ya pertenecen a la empresa, porque andan por el mundo laboral de bajo coste, hurgando mano de obra barata para poder de esta forma, mantener los bajos salarios que ofrecen, aun teniendo aeronaves de última generación pero operada por profesionales de baja paga, que atentan contra la Seguridad Operacional y están a punto de ser, los que degeneren en un accidente aéreo de grandes daños materiales y humanos.
Mientras algunos, dizque “dolientes” del sector aéreo nacional, continúen buscando una entradita extra en el IDAC, y se continúen convirtiendo en cómplices de estas violaciones, manchando a los que ejercen la digna profesión de Camisa Blanca y Pantalón Negro, y se les continúe permitiendo a empresas foráneas violar las leyes dominicanas, desde donde tienen que impedir que esto suceda, la aviación en nuestro país no se podrá seguir hablando de crecimiento.
Cuánto me duele mi pobre aviación dominicana.
Comentarios