Por Ramón Colombo
Marileidy Paulino, procedente de lo más humilde del humilde Nizao, quien recorrió a grandes zancadas, para asombro del mundo, los 400 metros planos de la pista olímpica de París en poquito más de 43 segundos, recibió una muy merecida medalla de oro, y un par de días después, bajo el clamor de su pueblo y del resto del mundo, regresó sonriente a su país, donde recibió una segunda medalla de oro por mostrar un alto nivel de dignidad al rechazar, en menos segundos, una casa que la regalaba un propietario de bancas de apuestas que ha sido condenado en los tribunales por graves delitos…(¡Bien por Marileidy y sus dos medallas!).
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