Por Luis Federico Santana J.
El aula es el escenario del maestro, el espacio donde el educador consume su vida en una entrega diaria que, curiosamente, engrandece su persona en la misma medida que hace crecer a otros.
El aula es también el espacio donde se decide la buena o mala calidad de la educación. Es el espacio donde converge todo el Sistema Educativo Dominicano, es la raíz de todo el árbol educativo.
Las grandes edificaciones, la tecnología, el mobiliario y la burocracia ejercida por el personal administrativo; son sólo un complemento y apoyo al proceso educativo que hace las veces de eje en torno al cual gira todo.
La buena o mala educación se decide en el aula, en la simple relación que se establece entre el profesor y el alumno. No se puede perder de vista este hecho sencillo, pero vital en el proceso enseñanza – aprendizaje.
Actuar de espaldas a la simplicidad de la relación maestro – alumno en el aula, podría llevar a un centro educativo a desperdiciar recursos y esfuerzos, al tiempo que tiramos por la borda un manojo de buenas y bellas intenciones.
Si queremos implementar un proceso de transformación en el Sistema Educativo Dominicano, es necesario comenzar por el aula.
Es cierto que el maestro necesita capacitación y mejores condiciones salariales, pero fundamentalmente requiere un cambio de mentalidad, un cambio de actitud frente a sus estudiantes, frente a la comunidad y frente a la vida.
La eficiencia en el funcionamiento del aula pasa por la vocación, la identidad y la entrega del maestro.
Habrá calidad educativa en el aula cuando el gerente de la acción docente fije su atención y esfuerzo, no solo en las edificaciones y los inmobiliarios, sino en las competencias que hay que desarrollar en el alumno.
Desde la relación maestro – alumno en el aula es que se construyen los aprendizajes significativos, el trabajo colaborativo y la búsqueda de un desarrollo integral de los educandos.
Hay que apostar por una mayor calidad en la educación. Hay que hacer esfuerzos porque el maestro haga crecer su estatura hasta lograr alcanzar el perfil de un maestro ideal.
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