Turismo o nada

Si yo fuera del sector turístico, si perteneciera a este importante sector de la economía nacional estuviera contento por la gestión actual de gobierno, que entiende que del turismo vivirá por siempre la República Dominicana, cosa ésta que no es cierta.

Desde hace década el sector turístico dominicano tiene la industria aérea nacional secuestrada al punto que sus intenciones son las de desaparecerla, y hoy en día vemos un Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) dirigido prácticamente por el ministro de Turismo David Collado.

Un Héctor Porchella, director general del IDAC proveniente del sector turístico y con un discurso que más que un director del IDAC parece un funcionario del Ministerio de Turismo.

David Collado un defensor del tratado de Cielos Abiertos, un ministro con aspiraciones presidenciales, pero desde ya vendiendo nuestros cielos a cambio de favorecer una línea aérea que probablemente el este favoreciendo intereses de personas cercanas.

República Dominicana tiene las condiciones mejor que la República de Panamá con la importante línea aérea Copa, para desarrollar una industria aérea que aporte más del 4 % del PBI, pero la visión miope de un gobierno que solo cree en el turismo no lo permitirá.

Lo triste de todo esto es que desaparece la aviación nacional y el sector aéreo del país por conservadurismo o cobardía se quedan callado y no dicen dada a pesar de que David Collado y Héctor Porchella ya han escrito el epitafio del entierro de lo que el precursor y primer piloto aviador dominicano el ingeniero Zoilo Hermógenes García soñó.

Mientras las aves de paso que cada cierto tiempo dirigen el IDAC desde un agrónomo, dentista, abogado y ahora un maderero seguirán buscando sus propios beneficios sin aportar nada a la industria y desaparecen sin que se sepa nada de ellos, así pasará con la actual gestión solo con el legado de haber sepultado lo que es una industria tan importante para garantizar la soberanía de un país con todas las condiciones del progreso pero que una clase política y unos pseudos empresarios aeronáuticos decidieron ser cómplice de su desaparición.