Por Lincoln Minaya
Al analizar el comportamiento de los habitantes de mi pueblo, Tenares, me resulta evidente las bondades de la mayoría de sus habitantes.
Cada vez que salgo a las calles de nuestro pueblo, observo muestras de cariño, respeto y sana convivencia entre los tenarenses de todas las clases sociales. Esto me lleva a la conclusión de que somos, en su mayoría, ciudadanos valiosos y trabajadores, que nos levantamos cada día con la intención de dar lo mejor de nosotros mismos en nuestra vida diaria.
Esa mayoría de tenarenses orgullosos de lo que somos es la que le cierra el paso a un minúsculo grupo de personas con visibles muestras de mal vivir. Sin embargo, somos muchos más los que representamos la esencia de Tenares, y nuestro pueblo seguirá siendo regido por la sensatez de sus ciudadanos.
Aunque muchos de los tenarenses son personas muy reservadas, observan y dan al César lo que es del César, y no se apartan de contribuir con un granito de arena por un mejor Tenares.
Es esa actitud de trabajo, respeto y amor por nuestro pueblo lo que define a Tenares como un lugar lleno de ciudadanos dignos y valiosos, comprometidos con la construcción de un pueblo mejor para todos.
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