Por Reynaldo Peguero
Ulises Rodríguez acumula 47 días en la Alcaldía de Santiago. Su ascenso al poder es profesional, efectivo y sin alborotos. Muy bueno para una ciudad con la mayor identidad territorial de la isla. En el aseo urbano se enfoca en realizar un efectivo trabajo. Ahora debemos apoyarlo en las vías municipales.
Es momento de intervenir vías donde suceden 1.4 millones de viajes diarios en 2,100 km lineales.
Asimismo, se estima que acumulamos 132 mil personas que caminan diariamente en calles de una ciudad que creció en 10 años, de 91.74 km2 hasta 115 km2 de superficie.
En el 2000 teníamos 650 km lineales de vías, al 2024 esta extensión se multiplicó por 200%. La reparación, asfaltado y bacheo debiera ser permanente, iniciando por las 8 grandes avenidas primarias.
Sabemos que el nuevo alcalde redobló la gestión de brigadas de limpieza. Recolecta más de 1,200 toneladas, 200 más que se recogían antes. Todavía pagamos unos arbitrios disminuidos que debieran elevarse en más del 43%.
El Ministerio de Obras Públicas (MOPC) y su ministro Deligne Ascención, deben ya acordar las brigadas conjuntas para intervenir avenidas. Además, se impone reparar aceras con arborización creadora de sombras y reducción de temperaturas en más de 5 grados.
Hay soluciones de impacto inmediato. Las guías de construcción del BID y del Plan Estratégico de Santiago formuladas por IDOM son claves para el mantenimiento vial. Se impone el arreglo de las vías primarias donde circulan vehículos de carga que mueven diariamente más de 20 millones de toneladas de productos trasladados en furgones de empresas que deben realizar cambios para disminuir el riesgo.
La PUCMM demostró que 5 de cada 10 choferes sufren hipertensión arterial y coronariopatías. Las vías además de repararse, deben señalizarse para controlar el ruido. Prohibir el uso indiscriminado de bocinas, musicones, motocicletas y carros sin mufflers. Los altos decibeles producidos durante el transporte impone carteles que llamen al silencio y se imponga sanción y penalización.
En vez de aceras de cemento, se impone sembrar árboles verdes en el camellón central, también en las riberas viales. Lograr un Santiago de colores naturales está en el programa del alcalde. Por la cantidad de gases efecto invernadero (GEI) que procesan, se impone sembrar árboles nativos. No se arboriza con palmas, fáciles de diseminar, pero de baja capacidad para generar sombra y reducir temperatura.
La iluminación vial debiera garantizarse por Edenorte. Planificarse con energía solar. Disponer luminarias con dispositivos recargables especiales. Luminosidad y colocar cámaras de monitoreo que reducen accidentes y contribuyen a controlar el tránsito y la delincuencia.
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