Por Lincoln López
El “aprovechao” u oportunista por definición, es la habilidad de una persona para identificar el momento preciso de un evento importante o de alguien en particular que brille con luz propia para manipularla y beneficiarse, sin importarle si lo afecta o no. Este tipo de persona es dañina, ya que utiliza herramientas como la mentira y el engaño para lograr sus objetivos porque es huérfano de méritos propios.
Disfrazado de manso cordero, de religioso sin sotana, tiene en consecuencia, una alta dosis de traidor.
Otras veces, realiza actividades de falso líder en las cuales sobresale su ridiculez, porque es un ser afectado, ostentando unas cualidades que no posee. Hablo de sus cualidades, no de sus cantidades.
Según el especialista Juan José López, el “aprovechao” u oportunista, “no suele ser ni muy inteligente ni muy valeroso. No acostumbra a poseer una gran cultura. Y tampoco destaca por su generosidad…El eje axial que vertebra su personalidad es una elevada consideración de sí mismo, compatible con un oscuro resentimiento que encubre un soterrado complejo de inferioridad, manifestado de displicente desdén” (El Periódico).
Por su parte, el Dr. Ramón Ant. (Negro) Veras, destacado jurista y pensador santiaguero, dice: “12. El oportunista en la coyuntura actual que vive el país, caracterizada por el deterioro económico, social, institucional y moral, su figura resulta útil a los objetivos perseguidos por politiqueros que necesitan de personas fáciles de doblar”. (El Caribe).
Las personas oportunistas son una constante en las sociedades humanas y en todos los ámbitos o grupos sociales. El dramaturgo francés Moliére, escenificó a este farsante en su obra “Tartufo” (Estrenada en París, 1664). Suelen tener más éxito cuando su trato es personalizado, o sea, de individuo a individuo. También los hay más atrevidos y burdos, cuando intervienen en eventos donde se reúne una gran cantidad de público pero de heterogénea intelectualidad, creyendo embaucarlos a todos.
Craso error de su parte.
Finalmente, la actitud del oportunista es reprobable porque actúa de espaldas a la ética y a los principios del interés colectivo; individualista y egoísta, y siempre abandona el objetivo, obtenga o no el beneficio personal perseguido.
Mucho cuidado lectores de Cultura viva con estos “aprovechaos”, seres degradantes de toda sociedad. Cultive su pensamiento crítico.
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