​DESDE MI CABINA DE MANDO

Vinieron por los pilotos aviadores, y no quedó nadie para hablar por ellos

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Pedro Domínguez

En mi columna de este lunes 29 de enero, día no laborable correspondiente al natalicio del más importante dominicano, el Padre de la Patria Juan Pablo Duarte, tomo de nuevo el poema del pastor luterano alemán Martin Niemöller para hacer un llamado a los actores de la aviación nacional para que se visualicen en este poema y el riesgo de la desaparición que hoy enfrenta la aviación nacional, sin que nadie haga nada para evitarlo.


Y por eso parafraseamos este hermoso poema, expresando lo siguiente:


Vinieron por los técnicos aeronáuticos, y yo no dije nada, porque yo no era técnico aeronáutico


Vinieron por los sobrecargos, y yo no dije nada, porque yo no era sobrecargo


Vinieron por los controladores aéreos, y yo no dije nada, porque yo no era controlador aéreo.


Vinieron por los pilotos aviadores, y yo no dije nada, porque yo no era piloto aviador.


Luego vinieron por todos los empresarios aeronáuticos, y no quedó nadie para hablar por ellos


Este poema se encuentra grabado en el Museo Memorial del Holocausto de los Estados Unidos:


"Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada, porque yo no era socialista.


Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista.


Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada, porque yo no era judío.


Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí" El autor fue el pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892-1984), y fue dirigido como una flecha al corazón de los intelectuales alemanes, cuya cobardía –entre otros factores– permitió la llegada de los nazis al poder y sus pavorosas consecuencias.


Creo que a pesar de los avances que tienen las autoridades del sector turístico pero sepultan nuestra aviación, aun queda tiempo para reclamar.

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