Por Mons. Ramón Benito De La Rosa y Carpio
Es el gran don, el gran regalo que hemos recibido de Dios con el que nacemos. La libertad hay que ponerla muchas veces frente a la esclavitud, porque se quiere esclavizar a los seres humanos, mujeres, hombres, niños y jóvenes.
No solamente es la esclavitud física, también de otras formas queriendo incluso quitarle al otro lo que tiene.
Se puede decir: “no estoy de acuerdo contigo”, pero respeto siempre tu libertad. Por eso ni esclavitud, ni libertinaje, pero sí tolerancia y respeto y decirlo siempre: “yo te respeto, respéteme a mí en lo que yo pienso”.
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