Por Charlie Núñez
A Juan Domingo Perón, político, militar y escritor argentino, hubo quienes le llegaron a calificar como el demagogo más grande que había existido en la humanidad.
En algún momento de los mandatos del tres veces presidente de la nación Argentina, los obreros en los muelles recibían a los visitantes con un letrero que rezaba “aquí está prohibida la explotación del hombre por el hombre por decreto”.
A muchos les podrá resultar risible el que grupos organizados, como los sindicatos de aquella nación suramericana, tuvieran tal manifestación o tal creencia hacia la segunda mitad del siglo pasado.
Si le puede dar risa lo anterior expuesto, debe dar pena lo que acontece en la República Dominicana en esta primera mitad del siglo XXI.
Un gobierno que ha disparado el costo de la vida a niveles inimaginables, la inseguridad ciudadana en niveles nunca antes vistos, aunque muchos tengan temor a decirlo, la mayor corrupción, pero con métodos sofisticados, un endeudamiento que supera en tres años la acumulada en la historia Republicana.
Nadie sabe a ciencia cierta qué ha hecho Luis Abinader Corona con esos recursos que rondan los dos billones de dólares.
Como hombre ADICTO Al DINERO, se inventa renegociar un contrato como el de Aerodom, cuya fecha de vencimiento supera no solo esta gestión, sino la siguiente.
¿Cuál es la desesperación?, ¿Por qué no se licita en tal caso? La negociación, adversa al interés nacional, le otorga “sangre” a los vampiros y nos quieren hacer creer que con ese adelanto (un préstamo más, pero disfrazado) de 875 millones de dólares realizarán un montón de obras.
Si no han hecho nada con dos billones, ¿qué harán con 875 millones? Jugar a lo mismo, todas las obras de Luis están en los anuncios y videos virtuales.
Todo lo que Luis hace mal, nos quieren hacer ver que está bien, nos lo repiten tanto y nos bloquean la verdad por todos lados, que los incautos terminan creyéndolo, eso, más la repartición de los préstamos para comprar su reelección, es lo que nos presenta a un Luis amenazante de ganar en primera vuelta.
Dominicanos y dominicanas que tenemos hijos/as, nietos/as o aspiramos a tenerlos, si esta gente se mantiene gobernando, nos dejarán un país que para recuperarlo se nos llevará muchas décadas, trabajaremos para pagar la deuda de Abinader y sus amigos, que de seguro estarán disfrutando de los beneficios en playas extranjeras.
Preparémonos para el apocalipsis dominicano o pongámonos a una: para salvar el país, hay que sacar a Luis.
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