¿Mitos o realidades turísticas?

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JUAN LLADO

Por Juan Llado


Al ministro de Turismo David Collado hay que ponerle atención. No es solo porque lidera la parte pública del sector sino también porque el turismo es el sector mas importante de la economía. Por eso resulta de rigor pasar revista a algunos de sus pronunciamientos recientes que parecen confusos ante la opinión pública. Las apreciaciones que siguen a continuación permitirán corregir esos entuertos.


El primero se refiere a la predicción de que el país llegará a captar los diez millones de turistas al finalizar el presente año. La afirmación apareció en una página de Diario Libre el pasado 27/9/23 donde se reportan sus respuestas a lo que parece haber sido un cuestionario sometido a su consideración. Lo peor fue que el periódico consignó en primera plana esa infame tergiversación.


La afirmación, antecedida por otras iguales en días recientes, es falsa y confunde a la ciudadanía. Según el Glosario de Términos de Turismo de la OMT un “turista” es alguien que se desplaza de su lugar habitual de residencia hacia otro lugar por un periodo de no menos de 24 horas, incluyendo la pernoctación. De ahí que califican como turistas solo los extranjeros llegados por vida aérea y los dominicanos no residentes llegados por esa vía. Los cruceristas, según la OMT, son “excursionistas” y solo permanecen en el puerto de atraque por no mas de 8 horas, amen de que no todos los pasajeros del crucero se desmontan a visitar la ciudad o sus alrededores.


Lo extraño del caso es que el mismo Collado había declarado en abril de este año que el total de turistas ascendería a 7.9 millones, habiendo sido 7.2 millones en el 2022. Esa proyección se decanta como un razonable estimado. Solo cuando en un acto público el Gobernador del Banco Central cometió el incalificable desliz de pronosticar los diez millones de turistas al finalizar el año fue que el ministro Collado comenzó a repetir esa barrabasada, tal vez porque ese Banco es quien genera y publica las estadísticas turísticas.


Otra infeliz afirmación del referido ministro tiene que ver con la estrategia que ha motivado el aumento del flujo turístico en 2022-2023. En el artículo de marras este atribuye el aumento a “un acercamiento muy directo con los operadores”, logrando “organizar una plataforma con 8,000 agentes de viajes y tour operadores para tener una relación directa con ellos y mantenerlos al tanto de lo que ofrece y ocurre en República Dominicana.” Por suerte el ministro citó esta estrategia “entre otras” y suponemos que, admitiendo que un sitio web de ese tipo tiene muy limitado valor promocional, estuvo consciente de que el grueso de la promoción es responsabilidad de los hoteleros y turoperadores.


Pero posiblemente nunca haya sido menos necesario hacer promoción que en la actual coyuntura. La “demanda reprimida” (o “pent-up demand” en inglés) causada por la pandemia se ha manifestado en una vigorosa recuperación del flujo mundial de viajeros. Los vacacionistas que tuvieron restricciones de salida de sus paises de origen confrontaron tambien el cierre de los destinos y eso acumuló un potencial enorme para que los flujos turísticos aumentaran cuando se eliminaron las restricciones.


Otra declaración del ministro Collado que parece extraña tiene que ver con los “retos” de desarrollo del sector. Según Collado: “La infraestructura, la seguridad, las inversiones y la conectividad aérea son los cuatro principales retos que tiene por delante el turismo dominicano para seguir consolidando su posicionamiento turístico.” Respecto a obras prioritarias de infraestructura Collado mencionó algunas intervenciones viales en Verón-Punta Cana, Las Terrenas y Bayahibe, así como el remozamiento de malecones en Santo Domingo Este y La Romana.


El problema de esta señalización es que lo logrado no esta entre las obras prioritarias y que representa una visión cortoplacista. ¿Qué obras de infraestructura podrían ser mas prioritarias que el alcantarillado de Verón y el plan de desarrollo urbano de Bávaro-Punta Cana? ¿Es que el agotamiento del acuífero del este y la alarmante intrusión salina no merece atención prioritaria? ¿Es que la exagerada extracción de agua del subsuelo no merece que los hoteleros del este adopten los métodos de desalinización? La visión de Collado en cuanto a infraestructura no parece enfocar los graves problemas que actualmente confrontamos.


En materia de seguridad las estadísticas de Politur no parecen justificar la impronta de reto prioritario tampoco. Cuando nos comparamos con los episodios de violencia que se registran en Cancún, nuestro principal competidor, la situación nuestra es envidiable. No por eso deben soslayarse los esfuerzos desarrollistas de la Politur, pero no se entiende que esta deba tener una “brigada empresarial” para lograr elevar los niveles de seguridad ciudadana. Y si la seguridad no aparenta ser prioritaria menos lo serian las inversiones en el sector, la cuales están viento en popa desde hace muchos años. No parece necesario que el MITUR tenga que hacer promoción de inversiones ni abogar por la retención de los incentivos fiscales correspondientes.


Respecto a la conectividad aérea el ministro tambien no parece haber calibrado bien su nivel de prioridad. Mas de un 90% de los extranjeros que visitan el pais suelen llegar por vuelos fletados (“charters”) y eso es algo que depende de los turoperadores y cadenas hoteleras mas que de las líneas aéreas regulares. Si bien es cierto que mas vuelos regulares son deseables, no es mucho lo que el ministro puede hacer para incrementarlos. Estos obedecen a análisis de mercado que no son influenciados por un misero apoyo a la promoción que pueda el MITUR ofrecerles. No parece que nuestro destino este dejando de recibir un mayor flujo turístico por la pobre conectividad.


Los desvaríos del ministro Collado reflejan la falta de un plan integral de desarrollo turístico y a un sesgo injustificado hacia las prioridades empresariales. Mientras por más de una década los analistas han señalado que 1) la diversificación del producto, 2) la calidad de los servicios y 3) la sostenibilidad eran las prioridades sectoriales, el ministro ha reconfigurado esas prioridades con unos 4 “retos” cuyo nivel de prioridad no parece compaginar. Por suerte el día anterior de su revelación de los retos Collado destacó que la diversificación era materia obligada. Señaló como deseables el turismo cultural, de lujo y deportivo. Pero eso se refiere a la captación de otros nichos del mercado, no a la diversificación del producto turístico, tal vez la prioridad más alta para seguir atrayendo visitantes.


Habrá pues que concluir que el ministro Collado no esta sintonizado adecuadamente con las necesidades sectoriales y con los intereses colectivos. Su visión está empeñada en satisfacer al empresariado y, en consecuencia, no resulta tener una visión equilibrada de lo que debe ser la gestión pública. Esto podría deberse a sus ambiciones políticas y/o a repetir las gestiones de sus predecesores sin beneficiarse de un análisis riguroso de las prioridades. En cualquier caso, a su futuro político le conviene mas profesionalidad y menos populismo.

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