Por Ramón Colombo
Declaro, aclaro, me aclaro, me aclaran: el presidente de la República, Luis Abinader, y el Ministerio Público, que encabeza la magistrada Miriam Germán, no tienen nada que ver, como afirmé en este espacio, con el penoso hecho de que Jean Alain Rodríguez, preso domiciliario por corrupto, haya sido autorizado a ejercer su profesión de abogado mientras recibe (¡Ojalá!) su merecida condena, sino que eso fue decisión de un juez hasta ahora curiosamente desconocido…(Lo que sí debemos esperar es que alguien apele esa vergonzosa decisión, por más peledeista que sea una Judicatura que no debe ser todopoderosa e intocable).
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