​Cultura viva

“La Aurora del Arte”, y el poder tiránico

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Lincoln López

Por Lincoln López


Aquí en Santiago de los Caballeros, el 12 de diciembre de 1883 fue fundada la compañía dramática de aficionados “La Aurora del Arte”. Las crónicas periodísticas, documentos… como ¨Fuentes Primarias¨ de la historia, fueron compiladas y analizadas por el destacado intelectual Lic. Edwin Espinal Hernández, Miembro de la Academia Dominicana de la Historia, en su libro ¨Historia Social de Santiago de los Caballeros. 1863-1900¨. (Capítulo IV).


Según Edwin Espinal, M. A., la sociedad ¨La Aurora del Arte¨ estuvo integrada por: Eugenio Deschamps, como Presidente; Ramón A. Polanco, Secretario; Aquiles Bermúdez; Tesorero, José de Jesús Alvarez, Censor; M. J. Espaillat, Viterbo Morel, José A. Mercader, Leonte Andreu, Juan de J. Ricardo, Luis Silverio y Ulises Franco Bidó, miembros” y estuvo dirigida por el actor puertorriqueño Napoleón Ramírez, procedente de la compañía teatral de Eugenio Astol.


La sociedad, ¨se había previsto que con los ingresos generados por las funciones se pagara a Ramírez y se construyera un teatro…pero el público no brindó el apoyo esperado¨… La misma ofreció su primera función el 26 de diciembre de 1883, representando la obra: “Carlos II El Hechizado” (1837), drama en verso en cinco actos del dramaturgo y pedagogo español Antonio Gil y Zárate (1793-1861),


Cuando la misma fue estrenada en Madrid en 1837 causó un escándalo. La escritora española Monserrat Ribao en su ensayo: ¨El Poder y La Tiranía en Carlos II El Hechizado¨, afirmó que la misma amenazaba el statu quo social y tradicional, porque la pieza en escena coloca frente a frente ¨a los contendientes amorosos de la obra: el sacerdote Froilán y el enamorado Florencio. Ambos

personajes, homosexuales y criticando la agitada noche que ha pasado el rey”.


En nuestra pequeña ciudad de 1883, conservadora y religiosamente católica, su estreno debió ser otro escándalo.


Demasiado atrevida, con personajes homosexuales, como el sacerdote y el Rey involucrados. Recordemos que el país estaba gobernado por el general Lilís (Ulises Heureaux.1845-1899), aunque

en esa etapa permitió ciertas libertades, su personalidad era autoritaria, centralista y con un eficiente sistema de espionaje.


Los parlamentos críticos y expresados por nuestros valientes actores, debieron considerarse un insulto contra la Iglesia y el Presidente. El público siempre los compara, como sucedió con el teatro de Juan Pablo Duarte y Los Trinitarios, décadas antes. Hay que deducir, la existencia de una confabulación entre poderes para frustrar esa iniciativa, y el pueblo temeroso no apoyara con su asistencia a la compañía teatral, quedando disuelta en el mes de febrero de 1884, con el mensaje siguiente: ¨el público no brindó su apoyo,,,¨.


También aquí en Santiago de los Caballeros, hubo un “teatro crítico, rebelde y libertario”.

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