¡Ay aviación querida de mi alma!, qué hiciste para llevar esta carga pesada, cuántos traidores lleva dentro de ti que solo buscan sus beneficios particulares. Nunca sabré quién le ha hecho más daño, si las autoridades aeronáuticas o los actores traidores que llevan en su seno.
Qué pasará con nuestros jóvenes cuyos sueños es comandar una aeronave de matrícula dominicana, con los colores de nuestra bandera. Se tendrán que ir a otros lugares ya que los llamados a defenderla tienen una cobardía que no les permiten accionar en favor de que se respete nuestro espacio aéreo y que no siga vendiéndose por pedazo nuestro espacio aéreo en las narices de teóricos que lo único que hacen es hablar y hablar, pero de ahí no pasan.
La indiferencia de los técnicos es una puñalada que recibe cada día el noble precursor de nuestra aviación el ingeniero Zoilo H. García Peña, dan la espalda salvo algunas excepciones, pilotos aviadores, técnicos en mantenimiento, sobrecargos, despachadores de vuelo, controladores aéreos entre otros.
De qué ha valido luchar para que ahora todos se crucen de brazo viendo cómo los políticos de turno sin conocimiento la destruyen y comercializan lo nuestro.
Dejaron desaparecer la Compañía Dominicana de Aviación (CDA), han dejado que abogado traidor a la patria se hiciera millonario a cambio de destruir nuestra línea aérea bandera, no se conformaron con eso, ahora todos se quedan callados ante los tratados de cielos abiertos que esta gestión se ha empecinado en llevar a cabo con el único propósito de acrecentar las llegada de turistas a sus complejos hoteleros, que sí lo protegen, pero a cambio del deterioro de una industria estratégica como la aviación de un país para su desarrollo.
En el mes de la Patria reitero el llamado a reflexión y no seguir con esa política de cielos abiertos que en su momento le pasará factura a los aliados de hoy en día que traerá su consecuencia al tratar de destruir nuestra aviación.
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