Por José Jordi Veras R.
Cuando nos llega el inicio de un nuevo año, tenemos nuevas oportunidades de doce meses y trescientos sesenta y cinco días para volver a renacer; transformar aquello que necesitamos mejorar; para reflexionar sobre aquellas cosas en que fallamos y que pudimos hacerlo de otra forma; en fin, tenemos todo ese tiempo, si la salud nos lo permite, de derribar todos los obstáculos que nos creamos, primero nosotros mismos, y luego las circunstancias.
Son muchas los objetivos que nos trazamos e iniciamos con muchos bríos, como “escobita nueva que barre bien”. Nos llenamos de mucha esperanza e ilusiones. Ahora bien, tenemos que con el paso del tiempo, irnos conociendo y sabiendo qué cosas debemos asumir de forma tajante para llevarlo a cabo y que no se quede en simples sueños.
Es cierto que de muchas metas que nos trazamos, hay una parte que no se harán posible. Sin embargo, llevar a cabo aquellas que son fundamentales para hacernos mejorar. Que no nos quedemos en promesas banales como si fuera de cualquier politiquero que se esfuman hacia el viento.
Hace poco nos topamos, a propósito del año transcurrido, y de tantas enseñanzas que nos dejó, un poema de Mario Benedetti, titulado, ´No te rindas´, y en algunas de sus estrofas expresa:
“No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento. Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque te quiero, porque existe el vino y el amor, es cierto”.
Esta pieza nos invita a no dejarnos caer, ante lo que ayer fueron derrotas o caídas o quizás, sueños no realizados por malas decisiones o caminos tomados que fueron errados. Ahora bien, que todo nos sirva como fuente de sabiduría, para que en este nuevo período que nos marca el tiempo, podamos llevar a cabo aquello que no logramos y que no sea motivo de frustración e impotencia, porque nada logramos con ello, solo desde el ojo de la motivación, es posible despertar la perseverancia y el deseo de seguir luchando, sin rendirnos, ante un nuevo año, y acogerlo con beneplácito. ¡Que lleguen los nuevos retos y también las fuerzas renovadas para enfrentarlos!
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