Por Ramón Colombo
Quisqueyanos valientes, alcemos nuestro canto con viva emoción (pero algunos tipos ya no se emocionan), y del mundo a la faz ostentemos nuestro invicto glorioso pendón (pero solo lo ostentamos en los desfile militares). Salve el pueblo que, intrépido y fuerte, a la guerra a morir se lanzó (pero quienes lo lanzan se quedan en la retaguardia), cuando en bélico reto de muerte sus cadenas de esclavo rompió (pese a todo). Mas Quisqueya, la indómita y brava, siempre altiva la frente alzará (pese a las ofensas); que si fuere mil veces esclava, otras tantas ser libre sabrá (a pesar de sus déspotas, esa ha sido siempre la esperanza)
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