Parafraseando el merengue de la era de Trujillo "Recogiendo limosnas no lo tumban" puedo decir que bajo el esquema de trabajo y decisión del empresariado aeronáutico dominicano no van a lograr persuadir que el presidente Luis Abinader suscriba el acuerdo de cielos abiertos con los Estados Unidos, lo que sería igual decir que en este sector ni a limosna se llega para poder enfrentar el poder económico que está detrás de la firma de este acuerdo que indiscutiblemente le dará en manos del presidente Luis Abinader el tiro de gracia a la aviación nacional.
Sin recursos, sin propósitos y sin una dirección no será posible que el presidente Luis Abinader pueda entender que la aviación nacional es necesaria para el desarrollo de la República Dominicana sobre todo para la sostenibilidad del turismo y que tenemos líneas aéreas que con el apoyo del Estado pueden rendir muchos más frutos, que ese tratado solo busca la desaparición de la aviación de un país que en cinco años cumple 100 años de su primera línea aérea.
Es correcto que se proteja el sector turístico y no se permita que cualquier inversionista pueda incursionar en dicho sector, pero ese mismo sector turístico si puede destruir el sector de la industria aérea sin importarle las consecuencias que esto provoque.
“La historia me absolverá”, el alegato de autodefensa de Fidel Castro ante el juicio en su contra iniciado el 16 de octubre de 1953 por el asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba, lo que no creo que pasará con el presidente Luis Abinader con la firma de este acuerdo de cielos abiertos con los Estados Unidos y la destrucción de la industria aérea nacional.
Es bueno recordar para la historia, que el país duró penalizado por los Estados Unidos 14 años impedidos de que los aviones HI en operaciones comerciales pudieran entrar a territorio norteamericano siendo en la gestión de Leonel Fernández, con el fenecido Don Norge Botello al frente del IDAC, que se logró volver a volar en aviones HI de manera comercial hacia ese país.
No entiendo cuál es el problema, pero si veo que el presidente Luis Abinader al parecer junto al ministro de turismo David Collado y empresarios hoteleros ven viable la desaparición de la aviación nacional, pero, contrario a lo que logró Fidel Castro (que la historia lo absolvió), creo que a Luis Abinader, David Collado y a los empresarios hoteleros que están detrás de este plan, la historia los condenará.
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