Un Jesús crucificado, en proceso de devaluación

Un símbolo de liberación del espíritu humano convertido a través de la historia en desperdicio, distorsionado y multiplicado desde las entrañas religiosas y políticas de una sociedad superficial y consumista; abandonando el “fuego cruzado” de la Verdad por la comodidad de silencios cómplices, y sustituyendo el servicio con justicia por el servilismo productor de impunidad. Seamos auténticos, y luchemos porque… “no piensen que he venido a traer la paz a la tierra…sino la espada” (Mateo. 10-34).

Por Lincoln López